Todas las virtudes de la cerámica: natural, elegante, reciclable y ecológica.
Versátil y duradera, indicada para cualquier contexto y para todo tipo de ambientes.
Cerámica n. f. del griego κεραμική, arte y técnica de la cerámica, en griego antiguo κέραμος: arcilla, tierra, material inorgánico, no metálico, que, según las materias primas y las modalidades de transformación, toma los nombres de loza, terracota, ladrillo, mayólica o gres porcelánico.
La cerámica cuenta una historia antiquísima. Una historia de belleza y necesidad, atestiguada por hallazgos arqueológicos en todo el mundo desde la prehistoria. El éxito de la cerámica, ligada desde siempre a la vida cotidiana del hombre, radica en su origen sencillo y natural, la tierra, y en la ductilidad de la materia, que permite reproducir infinitas formas, matices, efectos y relieves.
La cerámica es natural, viene de la tierra, y es segura para la salud: no contiene amianto, formaldehído o sustancias plásticas, por lo que no libera sustancias orgánicas peligrosas al medio ambiente.
La cerámica es ecológica, se fabrica respetando el medio ambiente y al hombre en todas las fases de su ciclo vital, desde la extracción de las materias primas, pasando por el proceso de fabricación, hasta su eliminación, de acuerdo con los más altos estándares de calidad previstos por las Certificaciones de la Comunidad Europea.
La cerámica es higiénica. La usamos desde siempre para alimentarnos y para beber, porque es un material excelente: no absorbe ni libera sustancias, no mancha, se limpia fácilmente y resiste incluso los detergentes más agresivos, manteniendo inalterada su belleza.
La cerámica es bonita y muy resistente: soporta los estragos del tiempo, los agentes atmosféricos y los cambios de temperatura, el pisoteo y los golpes. No se deforma, no se raya, no se daña ni pierde color ni siquiera cuando se expone a los rayos del sol.
La cerámica no se quema: clase A1 de resistencia al fuego. No arde ni siquiera en contacto con llamas abiertas y, en caso de incendio, no produce gases o humos tóxicos. La cerámica es versátil. Diseños, formatos y acabados la convierten en el material ideal para cualquier solución: revestimientos de pared y pavimento para todo tipo de ambientes y contextos, nichos, marcos y boiseries, mesas y encimeras.
La cerámica es ideal en arquitectura. Su resistencia mecánica y química, así como su resistencia a las heladas, la convierten en un material perfecto también para exteriores y para el revestimiento de fachadas. La cerámica es, además, un excelente conductor de calor, perfecto para la calefacción por suelo radiante.
Las Cerámicas FAP son sostenibles, seguras y con un diseño innovador.
Fabricadas con materias primas excelentes y tecnologías que respetan el medio ambiente. Más de 30 colecciones pensadas para ser perfectamente combinables, para expresar la propia creatividad e imprimir la propia personalidad, creando espacios ideales para vivir.